Dejó que el aroma de la duda se apoderara de su corazón y la
abandonase a la incertidumbre de estar sin él.
Mintió a la hora de darle una nueva oportunidad en el amor,
arrancándole de cuajo las ilusiones.
Derribó la cúspide donde sus sueños encontraban la perfección de amarse nuevamente.
Ahora mira al infinito, sin encontrar sus pasos en la sombra
de aquellos caminos que recorrieron los dos y parece que la primavera hubiera
deshojado las flores antes de que llegara el otoño.
Ha llegado el momento de reconocer que se equivocó en sus
sueños con él y que sólo fue el eco de una sonrisa que algún día sonó
estridente en las melodías de su corazón.
Hoy tiene sus recuerdos en proceso de olvido.